Panamá se enfrenta a una realidad preocupante en su sistema de salud, según lo denunciado recientemente por Kevin Armando Carrillo, mejor conocido como Robinho, que tuvo que acompañar a su madre Carlota, una mujer de 71 años con discapacidad, a una cita médica en la Policlínica de Betania Alejandro de la Guardia.
La experiencia, descrita por Robinho como una “película de terror” y publicada en su cuenta de Instagram, expone serias fallas en la atención a los pacientes, especialmente a los adultos mayores y personas con capacidades limitadas.
La madre de Robinho es sobreviviente de un accidente cerebrovascular que le causó hemiplegia, lo que significa que perdió la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo. A pesar de su condición, tuvo que enfrentar múltiples obstáculos desde el momento en que llegó a la instalación médica.
El acceso para personas en silla de ruedas o con movilidad reducida fue uno de los primeros desafíos, con un entorno descrito como arcaico y poco adecuado para quienes más lo necesitan.
El calvario no terminó allí. Aunque la cita había sido agendada en línea para la 1:00 p.m., al llegar al lugar, la atención fue confusa y desorganizada. “Robi” tuvo que pasar por varias ventanillas y puertas antes de que finalmente le informaran que la cita de su madre no estaba registrada correctamente. Como resultado, la consulta fue retrasada hasta las 2:20 p.m. ¡Tremedo caos!
“¿Usted cree que esto es justo para un adulto mayor, para una persona que no está pidiendo nada regalado? Mi mamá trabajó toda su vida y pagó sus cuotas, incluso excediéndolas”, cuestionó el suplente del diputado por el circuito 8-3 José Pérez Barboni, reflejando la frustración y el malestar que sienten muchos panameños frente a un sistema de salud que parece fallarles en momentos críticos.